En un giro sorprendente dentro de la temporada de los Dallas Cowboys, el corredor Ezekiel Elliott no se vestirá para el partido contra los Atlanta Falcons debido a problemas disciplinarios. Los informes indicaron que inicialmente se esperaba que Elliott jugara, lo que hace que su ausencia del vuelo chárter sea una historia significativa.
Problemas Internos
La raíz de esta decisión se encuentra profundamente relacionada con las luchas continuas que Elliott ha enfrentado desde que se reincorporó al equipo con un contrato de un año, uno que muchos anticipaban que serviría como un capítulo revitalizante en su carrera en la NFL. La ausencia de comentarios por parte del agente de Elliott, Rocky Arceneaux, levanta sospechas y sugiere complejidades subyacentes en la situación. En medio de las ambiciones de volver a la prominencia, la temporada de Elliott se ha desarrollado lejos de las expectativas, recordando los desafíos que los atletas profesionales navegan frecuentemente.
El rendimiento de Elliott esta temporada ha sido particularmente decepcionante en comparación con sus estándares anteriores. Con solo 149 yardas terrestres acumuladas en 48 acarreos y meramente dos touchdowns en siete juegos, es evidente que su producción ha disminuido. Sumando a la confusión, ha conseguido solo 40 yardas por recepción en siete capturas. Esta caída en las estadísticas contrasta notablemente con sus logros anteriores en la carrera y plantea preguntas sobre su estado físico y mental actual.
El contrato de un año que Elliott firmó con los Cowboys, valorado en hasta 3 millones de dólares, incluyendo una significativa bonificación por firma, encapsula altas esperanzas juxtapuestas a una realidad decepcionante. Su carrera no solo vio un momento emblemático al anotar su 70º touchdown por tierra contra los San Francisco 49ers, sino que también mostró cuán cerca está de un lugar ilustre en la historia de los Cowboys. Sin embargo, los titulares y los récords no ocultarán las preocupaciones apremiantes sobre su impacto general en el campo mientras los Cowboys luchan por encontrar un juego terrestre efectivo.
Históricamente, Elliott ha sido una piedra angular de la ofensiva de los Cowboys; sin embargo, esta temporada ha requerido una adaptación a un enfoque de corredor por comité. Esta estrategia, aunque a menudo efectiva para repartir la carga de trabajo, se ha encontrado con desafíos, como lo evidencian el desastroso promedio del equipo de 74.1 yardas por tierra por juego, el más bajo en la NFL. Actualmente, los Cowboys están atrapados en una racha de 21 juegos sin que un solo corredor supere la marca de 100 yardas, lo que representa un récord embarazoso para la franquicia.
El rol decreciente de Elliott se da en medio de la aparición del compañero corredor Rico Dowdle, quien ha mostrado promesa, ganándose su lugar en la alineación con 246 yardas por tierra. La adición del veterano Dalvin Cook del equipo de práctica por segunda semana consecutiva indica un cambio mientras los Cowboys intentan fortalecer su juego terrestre. El currículum de Cook incluye cuatro temporadas con más de 1,000 yardas por tierra, por lo que las expectativas son altas para que ocupe el vacío.
Las perspectivas de Elliott para el resto de la temporada parecen inciertas. Existen preocupaciones significativas sobre su durabilidad y su capacidad para contribuir de manera efectiva a medida que se acercan los playoffs. Esta temporada lo ha visto comenzar como titular contra los Cleveland Browns, pero ha luchado por replicar ese éxito contra defensas competitivas como los 49ers, donde solo registró 34 yardas en diez acarreos. Con el espectro inminente de ser un «healthy scratch» por primera vez en un momento decisivo para su equipo, Elliott se encuentra en una encrucijada de su carrera.
Las acciones disciplinarias y las oportunidades que disminuyen podrían moderar la trayectoria una vez envidiable que mantuvo al inicio de su carrera. A medida que los Cowboys se esfuerzan por posicionarse para una posible corrida a los playoffs, deben enfrentar la realidad de que Ezekiel Elliott—una vez un punto focal de la franquicia—podría no seguir siendo un contribuyente confiable. Su rendimiento a medida que se desarrolla esta temporada definirá, en última instancia, su legado con los Cowboys e impactará cualquier contrato futuro. En una liga donde la producción dicta la longevidad de la carrera, este capítulo representa un momento crucial no solo para Elliott, sino para los Cowboys mientras navegan por su propia evolución estratégica.
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