El balón se estaba deslizando del aro con menos de 10 segundos restantes en un juego decidido por una posesión y se dirigía directamente hacia los cuerpos enredados de Draymond Green y Victor Wembanyama. A pesar de ceder alrededor de 10 pulgadas ante los 7 pies y 4 pulgadas de Wembanyama en este duelo, estos momentos son una de las razones fundamentales por las cuales los Golden State Warriors lo respaldan. Esa jugada fue puramente fundamentos de básquetbol, y el jugador con mejor posición y experiencia ganó.
Justo la semana pasada, Green fue expulsado en los primeros cuatro minutos de un juego en Orlando, Florida, lo que llevó a su compañero de equipo de toda la vida, Stephen Curry, a secarse las lágrimas en medio de la emoción cuando otro estallido de Green había perjudicado a los Warriors. Sin embargo, todo fue olvidado el domingo de Pascua por la noche, ya que los 21 puntos de Green con 8 de 9 en tiros, 6 rebotes, 11 asistencias y 6 robos permitieron a los Warriors finalizar su viaje por carretera con una cuarta victoria consecutiva.
A pesar del gran juego de Wembanyama con 32 puntos, 9 rebotes, 5 asistencias, 3 bloqueos y 4 robos, Green se destacó con dos bolas sueltas clave y un robo crucial a Wembanyama con menos de tres minutos restantes. Wembanyama no estaba contento con el silbato que permitió a Green lanzar dos tiros libres y sellar el juego, y además tampoco estaba satisfecho con la multa que la NBA le impuso anteriormente el domingo.
A pesar de las lesiones que afectaron a los Spurs y de que los Warriors tienen un récord más fuerte fuera de casa que en casa, tuvieron que trabajar hasta los últimos momentos para asegurar la victoria. El entrenador de los Warriors, Steve Kerr, elogió el desempeño defensivo de Green y destacó cómo su rebote ofensivo condujo a un triple de Klay Thompson que fue clave. La perseverancia y el espíritu competitivo de los Warriors se hicieron evidentes durante este viaje exitoso para el equipo.
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