La Junta de la Asociación Internacional de Fútbol (IFAB, por sus siglas en inglés) está lista para revolucionar el juego con la introducción de una nueva tarjeta azul. Este movimiento se produce como parte de las pruebas en curso de las áreas de expulsión en el fútbol profesional, con el objetivo de mejorar el comportamiento de los jugadores y aumentar el respeto hacia los árbitros. El uso de las áreas de expulsión ya ha demostrado ser exitoso en los niveles inferiores del fútbol desde la temporada 2019-2020, donde los jugadores son temporalmente expulsados por disentir o cometer ofensas tácticas específicas.
Ahora, la IFAB está ampliando las pruebas para incluir situaciones en las que un jugador comete una falta deliberada contra un oponente en una situación de ataque, pero no justifica una tarjeta roja. Con el fin de distinguir claramente la nueva medida disciplinaria, la IFAB ha optado por una tarjeta de diferente color. Las tradicionales tarjetas amarilla y roja ahora se unirán a la tarjeta azul. Esta decisión se tomó para asegurar que los jugadores, entrenadores y seguidores puedan identificar fácilmente la naturaleza de la falta cometida.
El fútbol base en Inglaterra, que durante mucho tiempo ha luchado contra el abuso de los árbitros por parte de los jugadores, ya ha estado utilizando la tarjeta amarilla para indicar ofensas en 31 ligas desde la temporada 2019-2020. Sin embargo, la introducción de la tarjeta azul proporcionará una indicación más específica de la falta cometida.
Aunque la tarjeta azul promete un cambio prometedor, los aficionados no la verán ser utilizada en competiciones de alto nivel como la Premier League, LaLiga, UEFA Champions League, Euro 2024 o la Copa América. Se espera que las pruebas de la tarjeta azul en el fútbol de alto nivel duren al menos 12 meses y no estará permitida en el nivel más alto durante este tiempo. Por lo tanto, es poco probable que entre en las Leyes del Juego hasta al menos la temporada 2026-2027. Este enfoque cauteloso no es algo inédito, ya que ha habido varias pruebas en ligas inferiores a lo largo de los años para combatir el disentimiento, pero no se han incorporado a las Leyes.
Según fuentes, hay un apoyo limitado a las áreas de expulsión entre las ligas de élite, por lo que la Asociación de Fútbol no realizará pruebas en competiciones destacadas como la Women’s Super League y la FA Cup. Esto pone de manifiesto el escepticismo que rodea la efectividad de las áreas de expulsión como medida disciplinaria en el fútbol de alto nivel. Sin embargo, las pruebas a niveles inferiores han mostrado resultados prometedores en el control del disentimiento y la mejora del comportamiento de los jugadores, lo que indica que la tarjeta azul tiene el potencial de tener un impacto positivo.
En respuesta a los informes recientes, la FIFA emitió un comunicado aclarando la situación. Confirmaron que los informes sobre la introducción de la tarjeta azul en los niveles elite del fútbol son incorrectos y prematuros. Esto sirve como recordatorio de que la introducción de nuevas medidas, como la tarjeta azul, requiere una cuidadosa consideración y pruebas exhaustivas antes de su implementación.
A medida que el fútbol continúa evolucionando, es esencial abordar las preocupaciones en torno al comportamiento de los jugadores y el respeto hacia los árbitros. La introducción de la tarjeta azul representa un paso progresivo hacia la consecución de estos objetivos. Si bien puede llevar algún tiempo antes de que se integre por completo en el juego a nivel más alto, el impacto potencial en la disciplina y el comportamiento de los jugadores es innegable. Mientras los aficionados esperan ansiosamente más actualizaciones sobre las pruebas de las áreas de expulsión y la tarjeta azul, es importante recordar que el cambio en el fútbol es un proceso gradual que tiene como objetivo garantizar la integridad y equidad del juego que todos amamos.
Deja una respuesta