Francis Ngannou, el ex gran campeón de la UFC, captó la atención de todos en octubre pasado cuando subió a un ring en Arabia Saudita para su debut en el boxeo contra el campeón de peso pesado lineal y del WBC, Tyson Fury. A pesar de que Fury salió victorioso con una controvertida decisión dividida, el desempeño de Ngannou dejó una impresión duradera. En el tercer asalto, Ngannou logró derribar a Fury, mostrando su poder y potencial en el mundo del boxeo.
El segundo combate de boxeo de Ngannou no salió como estaba planeado. Enfrentó al ex campeón de peso pesado Anthony Joshua en Arabia Saudita. Si bien muchos esperaban que Joshua ganara, nadie podría haber anticipado la paliza brutal que Ngannou recibiría. Joshua dominó la pelea, derribando a Ngannou dos veces en solo dos asaltos antes de terminarlo con un devastador golpe de derecha por encima de su cabeza.
Después de su derrota ante Joshua, Ngannou se tomó un tiempo para reflexionar sobre su desempeño y el resultado del combate. Reconoció sus debilidades y asumió la responsabilidad total de la derrota, rechazando hacer excusas. Destacó la importancia de aprender de la experiencia y agradeció a su equipo por su apoyo durante el campamento de entrenamiento y la pelea. A pesar de la derrota devastadora, Ngannou expresó gratitud por salir relativamente ileso del combate.
El camino de Ngannou en el boxeo sirve como una lección de las dificultades que enfrentan los luchadores de MMA al hacer la transición al mundo del boxeo profesional. Si bien su éxito inicial contra Fury generó esperanzas de una potencial carrera en el boxeo, su derrota a manos de Joshua subrayó la naturaleza implacable del deporte. La experiencia de Ngannou destaca la importancia de la preparación, la adaptabilidad y la resistencia en un deporte altamente competitivo y exigente como el boxeo. A medida que continúa reflexionando sobre su camino y evalúa su futuro en el deporte, Ngannou sigue determinado a superar este revés y luchar por el éxito en el mundo del boxeo.
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