En recientes discusiones sobre el futuro de la Fórmula 1, el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, ha expresado claras reservas sobre la viabilidad de expandir el calendario de carreras a 25 eventos por temporada. Esta vacilación surge en un contexto de creciente interés por parte de varios países—Argentina siendo el último contendiente—ansiosos por albergar un Gran Premio.
Si bien el Acuerdo Concorde existente permite hasta 25 carreras, tanto Ben Sulayem como el CEO de F1, Stefano Domenicali, han manifestado su preferencia por mantener un programa de 24 carreras, al menos en el futuro previsible. A pesar del atractivo de aumentar los ingresos y la proyección global que conlleva un calendario ampliado, ambos líderes reconocen las limitaciones de la logística actual y la capacidad de los equipos.
Domenicali opina que estabilizar la cantidad en 24 carreras presenta el equilibrio ideal para el deporte. Durante su aparición en el podcast «Beyond the Grid,» enfatizó la necesidad de priorizar la calidad sobre la cantidad, sugiriendo que la logística de albergar más eventos podría restar valor a la experiencia general tanto para los equipos como para los fans.
Ben Sulayem elaboró aún más este punto, indicando que la infraestructura necesaria para una carrera adicional podría llevar los recursos de la FIA al límite. «Todo está al límite en este momento para la FIA, con 24 eventos en el calendario de este año,» afirmó, destacando que introducir un 25° evento requeriría la movilización de dos equipos distintos.
Esta preocupación plantea preguntas sobre la resistencia física y mental de los conductores—un aspecto a menudo pasado por alto en las discusiones sobre la frecuencia de las carreras. A medida que la Fórmula 1 evoluciona, es crucial considerar el bienestar de los pilotos. El ambiente altamente competitivo de competir en 24 carreras ya impone una presión inmensa sobre los atletas.
Ben Sulayem planea involucrarse directamente con los conductores para evaluar su capacidad para manejar un aumento en la frecuencia de las carreras. La visión comprensiva de su salud—tanto física como mental—debe tener prioridad en cualquier proceso de toma de decisiones sobre el calendario de carreras.
Además, las implicaciones de la fatiga del conductor van más allá de la seguridad; afectan el rendimiento y el espectáculo general de las carreras. La percepción tradicional de la Fórmula 1 como un evento deportivo de élite depende significativamente de la capacidad de los atletas para ofrecer actuaciones en su mejor momento. Aumentar el número de carreras podría comprometer inadvertidamente tanto la calidad de la competición como la seguridad de los conductores.
En un guiño al espíritu colaborativo del deporte, Ben Sulayem reconoció que el enfoque de la Gestión de F1 refleja un compromiso con la calidad en lugar de la cantidad. La ausencia de demandas para correr más allá del número actual significa una comprensión mutua entre la FIA y la Gestión de F1 sobre el objetivo general de garantizar una serie de carreras prestigiosa y competitiva.
En última instancia, aunque existe la tentación de la expansión, tanto la FIA como la Gestión de Fórmula 1 parecen comprometidas a priorizar la salud del deporte sobre la mera rentabilidad. El futuro de la Fórmula 1 no solo se trata de aumentar el número de carreras; también se trata de nutrir la combinación única de emoción y excelencia que ha definido durante mucho tiempo la cumbre del automovilismo. A medida que nuevos circuitos compiten por su inclusión en el calendario, el diálogo entre las partes interesadas resultará crucial para dar forma a un futuro sostenible para la Fórmula 1.
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