El Gran Premio de Bahréin fue una carrera desafiante para el equipo, con ambos coches experimentando problemas inesperados de temperatura en la unidad de potencia desde las primeras etapas. George Russell se vio afectado por esto y retrocedió del segundo lugar al quinto, mientras que Lewis Hamilton logró avanzar al séptimo puesto desde el noveno en la parrilla.
Durante la carrera, Lewis Hamilton enfrentó una serie de problemas que afectaron su rendimiento. Reportó problemas con la batería al principio, lo que lo llevó a reducir potencia en las rectas y perder terreno frente a sus rivales, especialmente los McLarens. Este problema llevó varias vueltas arreglarlo, resultando en una importante pérdida de tiempo.
A pesar de los contratiempos durante la carrera, Lewis Hamilton mantuvo una actitud positiva. Describió la carrera como «bastante promedio», pero expresó optimismo sobre el potencial del coche en el futuro. Destacó que en el pasado, tenían que pasar varias carreras resolviendo problemas, mientras que ahora tienen una plataforma sólida sobre la cual construir.
Hamilton expresó confianza en tener un coche competitivo para luchar, a diferencia de los últimos dos años. A pesar de los desafíos en Bahréin, creía que la configuración no era ideal y que si hubiera calificado mejor, podría haber terminado más arriba en la carrera. Notó que estaban muy cerca de los McLaren en rendimiento y que sin los problemas enfrentados, podría haber desafiado a los Ferrari.
En general, el Gran Premio de Bahréin presentó al equipo numerosos desafíos, desde problemas de temperatura en la unidad de potencia hasta problemas de batería y frenos sobrecalentados. A pesar de estos contratiempos, Lewis Hamilton se mantuvo optimista sobre el potencial del coche y la capacidad del equipo para construir sobre la plataforma actual. A medida que continúan trabajando en optimizar el rendimiento del coche, Hamilton espera superar los desafíos enfrentados en Bahréin y obtener mejores resultados en las próximas carreras.
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