Artur Beterbiev solidificó su estatus como el campeón indiscutible de peso semipesado en su reciente enfrentamiento contra Dmitry Bivol, que culminó en una victoria por decisión mayoritaria tras 12 asaltos. Sin embargo, la pelea en sí dejó mucho que desear en términos de emoción y espíritu competitivo. La falta de agresividad de Bivol y su tendencia a evadir el combate convirtieron lo que se anticipaba como un emocionante enfrentamiento en una tediosa danza alrededor del ring, reminiscentes de un juego del gato y el ratón.
La pelea no mostró el potencial completo que ambos boxeadores poseían, lo que la convirtió en un evento inolvidable para la comunidad del boxeo. La actuación de Beterbiev, decididamente superior como fue, iluminó las fallas en la estrategia de Bivol. Con un récord de 21-0 y 20 KO, la intención de Beterbiev de aplicar presión comenzó a mostrar dividendos desde el sexto asalto; sin embargo, la reticencia de Bivol a involucrarse convirtió el espectáculo en una presentación mediocre.
Adoptó una postura defensiva reminiscentes del enfoque «primero la seguridad» que a menudo es criticado en el boxeo, lo que finalmente despojó a la pelea de su emoción. Los aficionados esperaban un feroz enfrentamiento, pero en su lugar, fueron testigos de un boxeador que parecía satisfecho con evitar la confrontación. Es imperativo reconocer aquí la perspectiva de los fans; anhelan batallas viscerales, no tácticas de retirada estratégicas. La actuación de Bivol provocó frustración, no solo entre los que estaban en ringside, sino también entre la afición del boxeo más amplia que había invertido recursos emocionales y financieros en el evento.
Los espectadores son atraídos a boxeadores que abrazan la esencia del deporte — el compromiso y la rivalidad. Al no cumplir con esta expectativa, Bivol comprometió su posición en la jerarquía del boxeo y planteó preguntas sobre un posible desempate. Tras una exhibición tan desalentadora, la perspectiva de un rematch parece injustificada. Tradicionalmente, un campeón derrotado debe demostrar su valía enfrentando a contendientes para recuperar su rango.
Bivol debe centrarse en enfrentar a un boxeador como Joshua Buatsi — un enfrentamiento que podría revivir su reputación y prepararlo para futuras aspiraciones al título. El mundo del boxeo opera bajo el principio del mérito, y la última actuación de Bivol no justificó una reintegración inmediata en la lucha por el título.
Beterbiev tiene opciones más atractivas en el horizonte. Unificar aún más el título con el vencedor del próximo enfrentamiento entre David Benavidez y David Morrell presenta una oportunidad emocionante. Estos dos boxeadores son conocidos por sus estilos agresivos, prometiendo un combate lleno de acción en lugar de maniobras evasivas. Si Beterbiev decidiera seguir este camino, atendería mejor los deseos del público y reforzaría su ya lustrosa reputación.
Si se analiza críticamente la situación actual, la comunidad del boxeo estaría mejor servida permitiendo que Bivol reestructurara sus estrategias y enfrentara a oponentes de menor calificación para recuperar su posición. Mientras tanto, Beterbiev debería establecerse no solo como campeón, sino como un entretener que proporciona emoción en el ring. La pregunta queda: ¿merece Bivol un desempate? Dada la naturaleza de su última actuación, la respuesta parece ser un rotundo no.
Deja una respuesta