El reciente UFC Fight Night presentó un electrizante evento principal entre Petr Yan y Deiveson Figueiredo, dos luchadores experimentados que luchan por recuperar su antigua gloria. Si este combate hubiera tenido lugar en 2020, habría sido aclamado como un titánico enfrentamiento de campeones, ya que ambos luchadores capturaron sus respectivos títulos solo días de diferencia. Sin embargo, el paso del tiempo y los cambios en la fortuna han transformado este choque en un partido de redención en la etapa final de sus carreras.
Yan, quien había sido campeón de peso gallo, se enfrentó a Figueiredo, un ex campeón de peso mosca, con ambos deseosos de reavivar sus aspiraciones al campeonato. Desde los primeros momentos de la pelea, fue evidente que Yan estaba decidido a afirmar su dominio. A pesar de ser derribado temprano en el combate, no perdió tiempo en recuperarse, mostrando su habilidad de grappling al revertir la posición y controlar la pelea durante el resto de los asaltos.
Su capacidad de golpeo superior se mostró a plenitud, ya que aterrizó más del doble de golpes significativos en comparación con Figueiredo, con una precisión que le dio una ventaja emocionante a lo largo del concurso. La actuación de Yan se destacó especialmente por su uso efectivo de uppercuts de avance, que sorprendieron repetidamente a Figueiredo, causando un evidente malestar para el brasileño.
Las tarjetas de puntuación de los jueces reflejaron esta clase magistral en el golpeo y el control, con Yan ganando de manera unánime por un decisivo 50-45 en las tres tarjetas de los jueces. Esta victoria no solo detuvo la racha ganadora de Figueiredo, sino que también restableció las credenciales de Yan como contendiente en la división de peso gallo. Aunque Figueiredo finalmente abandonó el Octágono derrotado, su resistencia es encomiable. El ex campeón mostró momentos de tenacidad, particularmente en el cuarto asalto, donde tomó momentáneamente el control y presionó a Yan. Sin embargo, esta resiliencia no fue suficiente para cambiar la marea a su favor.
La pelea sirvió como un recordatorio de las glorias pasadas de Figueiredo, mientras continúa enfrentándose al desafío de permanecer relevante en una división en constante evolución. Tras el combate, Yan dejó claras sus intenciones al vocalizar su deseo de enfrentarse al actual campeón Merab Dvalishvili. Este llamado subrayó la ambición y el hambre de Yan por recuperar el título que una vez sostuvo. Su confianza inquebrantable sugiere que Yan está preparado para enfrentar a los mejores de la división, y su reciente actuación ciertamente fortalece su caso para una oportunidad al título.
La noche también contó con acciones significativas en el evento co-principal donde Yan Xiaonan se enfrentó a Tabatha Ricci en la división de peso paja. Yan, clasificada en el puesto No. 4 en la categoría de peso paja, demostró sus habilidades contra Ricci, manteniéndose constantemente un paso adelante durante toda la pelea. Su victoria por decisión unánime sirvió como un crucial repunte después de sufrir una derrota ante Zhang Weili, la campeona reinante, a principios de año. El preciso golpeo de Yan y su enfoque estratégico culminaron en una abrumadora ventaja de 78-15 en golpes significativos, señalando su intención de desafiar por el título nuevamente.
Su declaración posterior a la pelea solicitando una revancha contra Zhang Weili recuerda a los aficionados la narrativa perdurable de redención que permea el paisaje de la UFC.
El evento no estuvo exento de su parte de ocurrencias desafortunadas. El combate de peso ligero que enfrentó a Feng Xiaocan terminó de manera dramática cuando sufrió un nocaut de Shi Ming, lo que requería una evaluación médica inmediata. Afortunadamente, informes posteriores indicaron que evitó lesiones graves, un suspiro de alivio para sus seguidores y la base de fans en general.
A medida que el UFC Fight Night llega a su fin, la noche estuvo llena de momentos de renovación para algunos luchadores y duras realidades para otros. La batalla entre Yan y Figueiredo permanecerá en la mente de los aficionados, no simplemente como un concurso de atletismo, sino como una historia de determinación y la búsqueda continua de redención.
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