Los New York Knicks enfrentan un comienzo turbulento de la temporada con el reciente anuncio sobre su pívot, Mitchell Robinson. Tras someterse a una cirugía de tobillo en la offseason, los informes de la liga confirman que se perderá los primeros partidos de la temporada regular. Esta ausencia agrava una situación ya precaria en la posición de centro para el equipo, amplificando los desafíos que enfrenta el cuerpo técnico.
La temporada pasada, Robinson luchó a través de una campaña plagada de lesiones, participando en solo 31 partidos. Después de someterse a cirugía por una lesión en el tobillo en diciembre, una desafortunada recurrencia durante los playoffs ha retrasado aún más su regreso a la temporada, lo que llevó a los Knicks a establecer una cronología tentativa para un posible regreso en diciembre o enero.
La Necesidad de Re-evaluar Opciones
La plantilla de los Knicks se ha vuelto notablemente más delgada sin Robinson. Su lesión crea una necesidad urgente para que el equipo re-evalúe sus opciones de centro. Anteriormente, Isaiah Hartenstein asumía el rol de titular, pero ahora ha firmado un lucrativo contrato de tres años y 87 millones de dólares con el Oklahoma City Thunder. Esto deja un vacío que podría obstaculizar severamente a los Knicks en sus configuraciones ofensivas y defensivas.
Con el objetivo de llenar este vacío, los Knicks volvieron a firmar a Precious Achiuwa con un contrato de un año por 6 millones de dólares, junto a Jericho Sims, un pívot de cuarto año. Sin embargo, quedan interrogantes sobre si alguno de estos jugadores puede elevarse adecuadamente y desempeñarse de manera consistente en un rol titular.
El entrenador de los Knicks, Tom Thibodeau, ha favorecido históricamente una metodología basada en principios tradicionales del baloncesto, a menudo enfatizando el tamaño y la protección del aro en la posición del centro. En una reciente discusión con NBA.com, insinuó la posibilidad de implementar una alineación de «small-ball» que incluya a Julius Randle, un delantero que tiene una opción significativa como jugador para la temporada 2025-26. Si bien la versatilidad de Randle podría ofrecer un cambio táctico, la anterior reticencia de Thibodeau para desplegar tales estrategias plantea dudas sobre la efectividad de este enfoque.
Esta lesión ocurre tras un verano transformador para los Knicks, marcado por adquisiciones significativas y extensiones de contrato. Notablemente, el sorprendente intercambio por Mikal Bridges de los Brooklyn Nets—marcando una renovación considerable de la rivalidad—ha elevado las expectativas para la franquicia. Además, la extensión de figuras clave como el entrenador Tom Thibodeau y el estelar base Jalen Brunson señala el compromiso del equipo con el desarrollo a largo plazo.
La reinversión en talento, incluyendo la re-firma del delantero OG Anunoby con un asombroso contrato de cinco años y 212.5 millones de dólares, muestra la ambición de los Knicks de emerger como contendientes en la Conferencia Este. Con la temporada regular a la vuelta de la esquina, los Knicks enfrentan un desafío apremiante para encontrar soluciones efectivas en medio de la ausencia de Robinson.
La oficina principal y el cuerpo técnico deben actuar con rapidez y determinación, ya sea que implique comerciar por activos adicionales o crear alineaciones estratégicas que se ajusten a las fortalezas actuales de su plantilla. Las decisiones que se tomen en las próximas semanas podrían definir la temporada de Nueva York y afectar sus aspiraciones para una profunda carrera en los playoffs. A medida que los aficionados esperan el regreso de Robinson, también deben permanecer optimistas sobre la capacidad de los Knicks para adaptarse e innovar bajo presión.
Deja una respuesta