Los Buffalo Sabres tomaron una decisión significativa el martes al despedir al entrenador Don Granato, marcando el séptimo entrenador destituido durante la sequía récord de 13 temporadas de playoff del equipo en la NHL. A pesar de terminar con un récord de 39-27-6, los Sabres no lograron clasificar a los playoffs y fueron eliminados la semana pasada.
Granato, de 56 años, estuvo con el equipo durante tres temporadas completas, llegando de forma interina durante la temporada acortada de 2021 debido al despido de Ralph Krueger. A pesar de que Granato aún tenía dos temporadas restantes en su contrato, con una extensión programada para comenzar en la próxima temporada, la decisión de despedirlo se tomó igualmente.
El equipo también prescindió del entrenador asistente Jason Christie y del coordinador de video Matt Smith, señalando un cambio significativo en el personal de entrenadores de los Sabres. El equipo enfrentó múltiples desafíos durante la temporada, incluida la incapacidad de ganar tres juegos consecutivos más de dos veces y comienzos lentos consistentes.
A pesar de las esperanzas altas al inicio de la temporada, los Sabres se vieron afectados por lesiones de jugadores clave, inconsistencias en la portería, decisiones de la administración de agregar más jóvenes a una lista ya juvenil, y un cambio a un estilo de juego más defensivo por parte de Granato que contribuyeron al desempeño decepcionante del equipo.
La producción ofensiva de los Sabres disminuyó significativamente respecto a la temporada anterior, pasando de estar en el tercer lugar de la NHL en goles a actualmente clasificar en el puesto 22. En el aspecto defensivo, el equipo mejoró de la posición 26 en goles permitidos a estar en la posición 11 esta temporada. A pesar de esta mejora, Buffalo luchó con comienzos lentos, permitiendo la mayoría de los goles en el primer período.
Con la partida de Granato, los Sabres ahora enfrentan la tarea familiar de iniciar otra búsqueda de entrenadores, convirtiendo a Granato en el sexto entrenador destituido desde el despido de Lindy Ruff en 2012. La decisión de los Buffalo Sabres de separarse de Don Granato señala un cambio significativo en el personal de entrenadores y la dirección del equipo.
A pesar de los desafíos enfrentados durante toda la temporada, la organización busca hacer cambios para mejorar y avanzar hacia el fin de su sequía de playoffs. Aunque la tenencia de Granato con los Sabres puede haber terminado, ahora la atención se centra en encontrar un nuevo entrenador en jefe que pueda guiar al equipo hacia el éxito en el futuro.
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