El luchador de peso mediano de la UFC, Chris Curtis, experimentó un importante contratiempo en su carrera durante una reciente pelea contra Brendan Allen. Lo que parecía ser un candidato para la Pelea del Año dio un giro para peor cuando Curtis sufrió un desgarro en el tendón de la corva al final del combate, dejando a los fanáticos y a los funcionarios preocupados por su estado.
Tras someterse a resonancias magnéticas, se confirmó que Curtis había sufrido un desgarro de grado 3 en su músculo isquiotibial. Este tipo de lesión se considera un desgarro casi completo del músculo, lo que requiere un extenso tiempo de recuperación.
Con 36 años, Curtis recurrió a las redes sociales para informar a sus seguidores sobre la lesión, afirmando que está esperando más información sobre los próximos pasos en su proceso de curación. Sus representantes en la agencia de deportes Iridium han revelado que están explorando activamente varias opciones para su recuperación.
Dependiendo de si se necesita cirugía o no, Curtis podría volver al octágono en seis u ocho semanas. Sin embargo, si se requiere cirugía, su receso de peleas podría extenderse hasta seis meses. A pesar de su éxito inicial, esta reciente derrota ha dejado a Curtis con un récord de 2-3 en sus últimas cinco peleas. Aun así, sigue siendo clasificado como el No. 14 de peso mediano de la UFC, mostrando su resilencia y determinación para recuperarse de este contratiempo. A pesar de que el resultado de la pelea no favoreció a Curtis, ya ha expresado su interés en una revancha contra Allen en el futuro. Ambos luchadores mostraron habilidades excepcionales y deportividad en su batalla reñida, dejando a los fanáticos ansiosos por ver qué depara el futuro para estos dos contendientes de peso mediano.
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